Alejandro Catterberg en “Lanata sin filtro” con Jorge Lanata

20/05/2020

Alejandro Catterberg, director de Poliarquía Consultores, dialogó con Jorge Lanata, Marina Calabró, Martín Tetaz y Diego Leuco en “Lanata sin filtro” por Radio Mitre.

JL: Poliarquía estuvo trabajando en el tema de coronavirus, Alejandro Catterberg que es su Director está con nosotros. Contame en qué están trabajando.

AC: Nosotros en Poliarquia estamos desde el principio de la crisis del coronavirus haciendo una encuesta a la opinión pública para ver cómo está impactando y qué opinan de las distintas medidas.

Lo que vemos en líneas generales es un nivel de preocupación muy alto, que ha ido variando dependiendo de las situaciones. Hace dos o tres semanas atrás hemos visto una tendencia decreciente de ese temor como parte del propio éxito de la cuarentena, y la semana pasada esa tendencia se revirtió, especialmente a medida que empezaron a aumentar los casos sobre todo en algunos puntos focalizados de la Capital o del Área Metropolitana de Buenos Aires. Esa tendencia se revirtió y volvió a estar en los niveles más altos de preocupación y miedo.

La sociedad Argentina es una de las sociedades que más miedo manifiesta frente al coronavirus. Eso se sabe porque hay redes internacionales de encuestadores donde se comparte la información, y casi todos los países del mundo están haciendo más o menos el mismo tipo de preguntas. Cuando uno hace las comparaciones internacionales, la sociedad Argentina es de las que manifiesta mayores grados de temor.

JR: ¿Aún comparado con España e Italia que tuvieron muchísimas muertes?

AC: Sí, incluso a ese nivel. Un dato interesante era que la opinión pública Argentina estaba manifestando, a pesar de que tenía pocos casos, un mayor nivel de preocupación y temor que la mayoría de los países.

Una de las cosas que refleja la encuesta es que el 73% de los argentinos dijeron que la cuarentena y la crisis del coronavirus está afectando mucho o bastante su situación económica personal, pero a su vez un 72% de los argentinos, casi la misma proporción, sostiene que hay que mantener la cuarentena a pesar del impacto económico que eso pueda tener.

En estos aspectos se refleja la idea de que mucha gente dice estar afectada por esto pero a su vez está de acuerdo con mantener el encierro.

JL: ¿Ustedes preguntaron respecto de lo íntimo de la gente, respecto de cómo se sentían, qué les pasa, si lo soportan?

AC: Sí, hay varias preguntas que estamos haciendo. Incluso indagamos acerca de cómo los está afectando psicológicamente, su estado anímico. Cuando le preguntamos a la gente, el 26% se manifiesta estar preocupado, el 20% estresado, 6% angustiado, las sensaciones negativas son las que predominan. A pesar de eso, hay un 13% de la población que dice estar entretenido, un 4% feliz, y un 15% ocupado.

Nosotros los analistas de opinión pública, cuando hacemos este tipo de investigaciones, tratamos de dividir los números al interior, o sea qué opinan los mayores, qué opinan los más jóvenes, qué opinan los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires, los del interior, los ricos, los pobres, para tratar de entender qué variable sociodemográfica es la que mejor explica el fenómeno que está ocurriendo.

En este caso, la variable más explicativa y significativa es el tipo de ocupación de las personas o del principal sostén del hogar. Empezamos a ver grandes diferencias entre quienes son empleados estatales, de quienes son empleados privados, de quienes son trabajadores independientes.

JL: Claro, algunos tienen garantizado su salario, a los otros les descontaron y los otros no cobraron nada.

AC: Y por independientes nosotros agrupamos un independiente de clase alta -como puede ser un escribano- a uno de clase baja -como un jardinero-. Por ejemplo, cuando le preguntamos a la gente si su sueldo se mantuvo, el 65% de los empleados estatales dice que sí, el 60% de los privados dice que sí, y de los trabajadores independientes, solo el 30%.

Cuando preguntamos “cuán preocupado está por perder su trabajo”,  el 11% de los empleados estatales dice estar de alguna forma preocupado por perder su trabajo, y llega casi al 40% en los sectores independientes. De la misma manera, al indagar sobre el estado anímico, el estrés y la angustia es el doble en los independientes que en los empleados públicos.

Sin duda, el tipo de ocupación es una de las variables que más está explicando este fenómeno. Creo que también está relacionado con la pregunta de cuánto aguanta la gente. Creo que la respuesta a esa pregunta está relacionada con el factor disuasivo, “cuánto miedo tengo”. Nosotros vimos en la encuesta de la última semana que a medida que subieron los casos la gente se preocupó más y le agarro más miedo, y empezó a apoyar nuevamente la cuarentena.

Y por otro lado, “cuánto estoy sufriendo económicamente”. Parte de la economía argentina explica que el impacto se puede diluir en el tiempo, porque tenemos siete millones y medio de jubilados que siguen cobrando su jubilación, todos los meses, tres millones y medio de empleados públicos, un millón y medio de pensiones no contributivas, etc.

JL: Hay gran parte de la Argentina que tiene un ingreso, sea bajo o medio, pero tiene un ingreso garantizado.

AC: Eso está diluyendo el impacto directo que pueda haber en el extremo de la economía más flexible, como la de EE.UU que es la más flexible del mundo, donde en un mes y medio hubo 35 millones de despidos.

MC: Pensando en estas dos fuerzas dicotómicas que describías -la preocupación por la economía y el miedo a enfrentarse al virus-, ¿se puede prever cuál será el comportamiento de la gente frente a la posibilidad de una apertura de la cuarentena?

AC: Nosotros preguntamos específicamente eso. Esta última semana incorporamos una nueva pregunta a nuestro tracking, donde indagamos a cada persona cuántas veces salió de su hogar en los últimos siete días. Un 12% declara no haber salido de su hogar, un 30% dice que salió una sola vez, 24% dice que salió dos días de la semana, y en el otro extrema, tenemos un 20% de los argentinos que mencionan que salieron cinco, seis o siete días.

Lo que es interesante de esto es que si tenemos en cuenta a la población mayor de 65 años, el 70% dice o que no salió de su hogar o que salieron una sola vez. En cambio, entre los menores de 30 años, solo el 7% se quedó toda la semana en la casa.

MT: Respecto de la sensibilidad que tiene la gente cuando suben los casos de infectados como está pasando, ¿esa sensibilidad se da de manera homogénea en toda la población o hay sectores específicos donde es mayor?

AC: En la última semana, lo que nosotros observamos es que subió mucho más entre los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires que entre los habitantes del interior del país. Incluso en términos de preocupación general, el grupo que se manifiesta más preocupado son los habitantes del Gran Buenos Aires. Estamos empezando a ver estas diferencias entre las zonas que tienen mayor nivel de actividad y de casos confirmados con el resto del país.

Pero en términos generales, el sector de trabajadores independientes, de aquellos cuyos ingresos depende el salir a trabajar todos los días son quienes tienen una visión distinta en relación al cierre o apertura de la economía.

Primero, y habrá que evaluarlo como hipótesis, cómo esto impacta en distintos grupos etarios. Específicamente en Argentina, el 63% de la población es menor de 40 años. El nivel de muertos por coronavirus menores de 40 años va a ser 0%. Hay un sector mayoritario de la sociedad que no lo toma como un riesgo propio, en términos individuales.

Por otra parte, en Italia y en casi todos los países que están saliendo de la cuarentena en este momento, lo peor ya pasó. En Argentina, como nos anticipamos, lo peor aún no pasó. Entonces estamos en una etapa distinta. Acá el drama no ocurrió y ojalá no ocurra.