El vaso medio lleno de Cambiemos

por Lucas Klobovs 08/10/2018

Mauricio Macri asumió la presidencia en diciembre de 2015 y registró, al mes, un índice de aprobación del 71%, un porcentaje de apoyo muy similar al récord que ostentó Cristina Kirchner luego de la elección presidencial de 2011 (75%). Se trata de un fenómeno habitual en el inicio de los mandatos presidenciales: un aire esperanzador acompaña al mandatario electo durante los primeros meses.

 

A lo largo de estos casi tres años de gobierno, el acompañamiento de la opinión pública hacia el Presidente fue cayendo hasta llegar a los valores actuales (34%). Es decir, el nivel de aprobación descendió casi a la mitad. Esta baja se acentúa a partir de mayo de este año y fue consecuencia de un contexto socioeconómico crítico. Así lo marcan los principales indicadores que monitorea mensualmente Poliarquía, los cuales registran, en su mayoría, el peor comportamiento desde 2006:

 

  1. El 63% considera que la actual situación del país es negativa, superando por 10 puntos la peor marca de Cristina Kirchner en 2009;
  2. Casi 8 de cada 10 encuestados consideran que el país empeoró respecto al año pasado y 4 de cada 10 cree que estaremos peor el próximo año, porcentaje muy similar al registrado en dos períodos de la gestión kirchnerista;
  3. El 64% señala que la actualidad económica del país es negativa, 13 puntos por encima de 2013;
  4. Desde 2006 se advierte el porcentaje más bajo de encuestados que dicen que su situación económica personal es positiva;
  5. El 79% cree que los precios aumentaron mucho los últimos meses, registro cercano al record obtenido en febrero de 2014 (85%).

 

Esta realidad puede ser analizada de dos maneras: como se dice coloquialmente, mirando el vaso medio vacío o el vaso medio lleno. En el primer caso haciendo foco en los números negativos récords de los principales indicadores socio económicos y en el clima de opinión adverso para el oficialismo. En el segundo caso, destacando aspectos positivos del posicionamiento del gobierno nacional en este contexto de cara a las próximas elecciones. Las líneas siguientes intentan interpretar la realidad mirando el vaso medio lleno.

 

A pesar de esta “tormenta”, como diría el Presidente, Mauricio Macri continúa gozando un nivel de apoyo del 35%, porcentaje nada despreciable. Es más, con los indicadores socioeconómicos señalados anteriormente, muchos de los cuales marcaron récords negativos históricos, mantiene un nivel de aprobación superior a los que tuvo Cristina Kirchner en contextos también negativos pero sin llegar a registrar un humor social tan crítico como el actual. Es decir, un gobierno nacional que mantiene una base de apoyo considerable aún en un contexto económico muy negativo.

 

Por otro lado, el Presidente anunció en Nueva York que tiene intenciones de buscar un segundo mandato. ¿Cambiemos es una opción competitiva para el 2019 con este contexto negativo? Tal como sucede con su nivel de apoyo, aún la coalición gobernante mantiene un núcleo de electores que señalan que apoyarían la reelección del Presidente. Según la última encuesta nacional de Poliarquía, un alto porcentaje de votantes de Macri en la primera vuelta de 2015 señala que seguro o posiblemente lo vuelvan a votar el próximo año. Para tratar de coronarse en primera vuelta será fundamental conquistar a aquellos ciudadanos que no votaron a Cambiemos pero que señalan que podrían hacerlo en 2019 (entre un 15% y 20%). Este segmento se caracteriza por:

 

  • Tener una mirada positiva de Macri (44%) pero más aún de María Eugenia Vidal (61%);
  • Rechazar a Cristina Kirchner: el 66% tienen imagen negativa de ella y el 73% nunca votaría a un candidato kirchnerista;
  • El 40% podría votar a un candidato del llamado “peronismo racional”.

 

De cara a la próxima elección, el oficialismo, entre otras cosas, deberá contar nuevamente con una participación activa de María Eugenia Vidal, incorporar en la fórmula presidencial una persona que represente algunos valores de la gobernadora (sencillez, cercanía con la gente, empatía y sensibilidad) y competir por el voto peronista de Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey u otro candidato del peronismo que se lance a competir por la primera magistratura. Y además, claro está, cualquier mejora en el humor social le dará un impulso especial al gobierno.

 

Este panorama no significa que Cambiemos se encuentra en una situación ventajosa de cara a la renovación presidencial, por el contrario, sus perspectivas electorales no son sencillas pero tampoco tiene escrita su fecha de vencimiento. Aún en este contexto, el oficialismo tiene chances de ser una alternativa muy competitiva.

 

Falta un año para la próxima elección presidencial y para ese entonces sabremos si se profundiza el vaso medio lleno o el vaso medio vacío de Cambiemos. El tiempo dará su veredicto.